Teseo
y El Minotauro
Acto I
(Palacio de Egeo. Al fondo, por una amplia ventana, se divisa un barco con velas negras listo para zarpar.
(Palacio de Egeo. Al fondo, por una amplia ventana, se divisa un barco con velas negras listo para zarpar.
Teseo viste una túnica corta, sandalias y lleva una espada en el
cinturón.) Teseo: (de pie frente a su padre, aprieta su mano derecha sobre la empuñadora de la
espada) -Padre, el rey de Creta no puede seguir impidiéndonos tan duro castigo… Pasó mucho tiempo desde que
fuimos vencidos… Los jóvenes atenienses no deben seguir muriendo por aquella
derrota.
Egeo: (Mirando con tristeza a Teseo) -¿Qué podemos hacer, Teseo, Hijo
mío…? La nave esta lista(Alcanzando du mirada hacia el )cielo)¡Oh, Zeus,
nuevamente permites que Atenas se oscurezca con la sombra de la muerte.
Teseo: -¡Oh, rey, ya soy un hombre y puedo derrotar al minotauro!
(Arrodillándose delante de Egeo) Déjame ir
en este viaje ,te lo ruego.
Egeo: -No sabes lo que dices, Teseo. No saldrás con vida del laberinto. Ese monstruo con
cabeza de toro te devorara.
Teseo: (se pone de pie) -Padre, volveremos con vida. (señalando al mar) Desde lejos divisaras las velas de nuestra nave volviendo victoriosa. Egeo: -Teseo, hijo bien amado, que los dioses te protejan. (resignado) La nave que conduce lleva velas negras. Cuando regreses vencedor del Minotauro, cámbialas por velas blancas. De ese modo, a la distancia, conoceré la noticia de tu victoria. (lo abraza).
Teseo: (se pone de pie) -Padre, volveremos con vida. (señalando al mar) Desde lejos divisaras las velas de nuestra nave volviendo victoriosa. Egeo: -Teseo, hijo bien amado, que los dioses te protejan. (resignado) La nave que conduce lleva velas negras. Cuando regreses vencedor del Minotauro, cámbialas por velas blancas. De ese modo, a la distancia, conoceré la noticia de tu victoria. (lo abraza).
Poseidón y
Teseo
Acto II
(Una
noche durante el viaje, Poseidón,
el dios de los mares, se apareció en el
sueño de Teseo (mientras dormía en la cama). Sonreía.)
Poseidón: -Al despertar ¡sumérgete en el mar! Encontraras allí un anillo de oro que el rey Minos ha perdido y así podrás vencer al Minotauro.
Poseidón: -Al despertar ¡sumérgete en el mar! Encontraras allí un anillo de oro que el rey Minos ha perdido y así podrás vencer al Minotauro.
Teseo: -Encontraré el anillo del Rey Minos y venceré al Minotauro.
Poseidón: -Se encuentra al fondo del mar cerca de Creta ¡Que tengas suerte!
Teseo: -¿Suerte? No la necesito, se que lo encontraré.
Poseidón: -Hablaremos cuando lo encuentres…
Teseo:
(despierta del sueño) -Encontraré el anillo y le demostraré a Poseidón que soy
muy valiente.
(Tiempo
después)
Teseo: Encontré el anillo de Minos y soy muy valiente ¿lo ves, Poseidón?
Poseidón: Lo encontraste, qué bien, ahora vencerás al Minotauro ¡suerte!
Teseo: -Mataré al Minotauro ¡ya verá ese monstruo!
Minos, Teseo y Ariadna
Acto III
(Teseo llega a Creta. Conoce a Ariadna y también al Dios Minos.)
Teseo: -Te saludo, OH poderoso Minos. Soy Teseo hijo de
Egeo.
Minos: -¡Mucho gusto! Teseo, espero que no hayas recorrido todo este camino
para implorar mi clemencia.
Teseo: -No, sólo tengo un anhelo: no abandonar a mis compañeros. Minos:-¿Te puedo hacer una pregunta? Teseo: -¡Si! Dime. Minos: -¿Te gustaría enfrentar al Minotauro? Teseo: -Sí, para eso vine hasta acá, para que todos se den cuenta que soy valiente. Minos: -Bueno, me parece perfecto. Ahora te presento a mi hija Ariadna. Teseo: -¡Hola Ariadna! Mucho gusto, soy Teseo.
Ariadna: -¡Hola, joven! ¿Cómo te va? Teseo: -Bien. ¿Te gusta tejer? Ariadna: -¡Sí! Me encanta, algo que me permite reflexionar mucho. Minos: -Dejen de hablar, vengan a comer y a descansar. (Teseo da un sobre salto: Alguien había entrado en su habitación) Ariadna: -No temas, soy yo, Ariadna. Teseo, te imploro, no te unas a tus compañeros en el laberinto: jamás saldrás de él. No quiero que mueras. Teseo: -Sin embargo, Ariadna, es necesario, debo vencer al Minotauro. Ariadna: -Es un monstruo. Lo detesto, y sin embargo es mi hermano. Teseo: -¿Cómo? ¿Qué dices? Ariadna: -Ah, Teseo, déjame contarte una historia singular… (La muchacha se acerco al héroe para confiarle ) Ariadna: -Mucho antes de mi nacimiento, mi padre, el Rey Minos, cometió la imprudencia de engañar a Poseidón: Le sacrifico un miserable toro flaco y enfermo en vez del magnífico animal que el dios le había enviado.
Teseo: -¡Qué horrible estrategia! Ariadna: -No creas que quiero salvar al Minotauro. Teseo: -¡Ese devorador de hombres merece mil veces la muerte!Entonces lo matare.
Ariadna: -Si llegaras a hacerlo, nunca encontrarás la salida del laberinto. Ariadna: -Teseo, si te facilitara el medio de encontrar la salida del laberinto, ¿me llevarías de regreso contigo? Teseo- ¡Sí, Ariadna, seguro! Ariadna- Conozco los hábitos del minotauro (insistió) se cuales son sus debilidades y como podrías acabar con el. Pero esa victoria tiene un precio, ¡me sacas de aquí y me desposas!
Teseo- De acuerdo, acepto. Ni bien salga, nos casamos. (Ariadna se sorprendió de que Teseo aceptara tan rápidamente ¿estaba enamorado de ella? ¿O se sometía a una simple transacción? ¡Qué importaba! Le confió mil secretos que le permitirían vencer a su hermano al día siguiente y el ruido de su voz se mezclaba con el obstinado choque de sus agujas: Ariadna no había dejado de tejer).
Teseo: -No, sólo tengo un anhelo: no abandonar a mis compañeros. Minos:-¿Te puedo hacer una pregunta? Teseo: -¡Si! Dime. Minos: -¿Te gustaría enfrentar al Minotauro? Teseo: -Sí, para eso vine hasta acá, para que todos se den cuenta que soy valiente. Minos: -Bueno, me parece perfecto. Ahora te presento a mi hija Ariadna. Teseo: -¡Hola Ariadna! Mucho gusto, soy Teseo.
Ariadna: -¡Hola, joven! ¿Cómo te va? Teseo: -Bien. ¿Te gusta tejer? Ariadna: -¡Sí! Me encanta, algo que me permite reflexionar mucho. Minos: -Dejen de hablar, vengan a comer y a descansar. (Teseo da un sobre salto: Alguien había entrado en su habitación) Ariadna: -No temas, soy yo, Ariadna. Teseo, te imploro, no te unas a tus compañeros en el laberinto: jamás saldrás de él. No quiero que mueras. Teseo: -Sin embargo, Ariadna, es necesario, debo vencer al Minotauro. Ariadna: -Es un monstruo. Lo detesto, y sin embargo es mi hermano. Teseo: -¿Cómo? ¿Qué dices? Ariadna: -Ah, Teseo, déjame contarte una historia singular… (La muchacha se acerco al héroe para confiarle ) Ariadna: -Mucho antes de mi nacimiento, mi padre, el Rey Minos, cometió la imprudencia de engañar a Poseidón: Le sacrifico un miserable toro flaco y enfermo en vez del magnífico animal que el dios le había enviado.
Teseo: -¡Qué horrible estrategia! Ariadna: -No creas que quiero salvar al Minotauro. Teseo: -¡Ese devorador de hombres merece mil veces la muerte!Entonces lo matare.
Ariadna: -Si llegaras a hacerlo, nunca encontrarás la salida del laberinto. Ariadna: -Teseo, si te facilitara el medio de encontrar la salida del laberinto, ¿me llevarías de regreso contigo? Teseo- ¡Sí, Ariadna, seguro! Ariadna- Conozco los hábitos del minotauro (insistió) se cuales son sus debilidades y como podrías acabar con el. Pero esa victoria tiene un precio, ¡me sacas de aquí y me desposas!
Teseo- De acuerdo, acepto. Ni bien salga, nos casamos. (Ariadna se sorprendió de que Teseo aceptara tan rápidamente ¿estaba enamorado de ella? ¿O se sometía a una simple transacción? ¡Qué importaba! Le confió mil secretos que le permitirían vencer a su hermano al día siguiente y el ruido de su voz se mezclaba con el obstinado choque de sus agujas: Ariadna no había dejado de tejer).
Teseo y el Minotauro
Acto IV
(Frente a la entrada del laberinto)
Minos: -¡Entren!
Es la hora.
Ariadna: (mientras
los catorce jóvenes aterrorizados estaban uno atrás del otro en el extraño laberinto) -¡Teseo! Toma este hilo y, sobre todo, ¡no
lo sueltes! Así, quedaremos ligados uno con el otro. (Teseo toma el hilo y se
va)
Minos: - ¿Y Bien Teseo (se burla) acaso tienes
miedo? (Teseo entra al laberinto)
Teseo: (rápidamente
se unió a sus compañeros que vacilaban
ante una bifurcación) -Les digo que tomen la derecha. ¡Detengámonos! Escuchen, ¿no oyen nada? Llegamos (Murmuró) ¡El monstruo esta cerca! Espérenme aquí y sobre todo
no se muevan.
Atenienses: -¡Bueno, Teseo, te esperamos aquí y no nos movemos! Pero cuidado con ese monstruo. (Teseo
se encuentra con el minotauro, agarra una osamenta del suelo y le da un golpe.
Poco a poco las fuerzas del minotauro declinan)
Atenienses: -Increíble… ¡has vencido al minotauro! ¡Estamos a salvo! (Teseo reclama su
ayuda para arrancarle los cuernos
del monstruo)
Teseo: -Así,
Minos sabrá que ya no quedara tribu para
reclamar.
Atenienses: -¿De
qué servirá? por cierto, nos hemos salvado. Pero nos espera una muerte lenta: no
encontraremos jamás la salida del laberinto.
Teseo: -Sí (afirma mostrándoles el hilo) ¡miren!
(Inmediatamente,
luego de muchas horas, emergieron a ser libres)
Ariadna: -¡Teseo… por
fin! ¡Lo has logrado! (se abrazan)
Teseo: (en
el puerto de Cnosos) -perforen el casco de todos los navíos cretenses- ordenó
Teseo.
Ariadna-¿Por
qué? (asombrada)
Teseo-¿Crees
que tu padre no se dará cuenta? ¿Que dejará escapar a su hija con el que mató al hijo de su esposa?
(Cuando
el sol se levanto Teseo tuvo otro sueño
extraño. Esta vez hizo su aparición otro dios: Baco)
Baco: (con voz de mando) -Es necesario que abandones a Ariadna en una isla. No se
convertirá en tu esposa. Tengo para ella otros planes gloriosos.
Teseo: -Sin embargo (balbuceando) le he
prometido…
Baco: -Lo se. Pero debes obedecer. O sufrirás la cólera de los dioses. (Despertó,
aun vacilaba. Al día siguiente la galera debió enfrentar una tormenta violenta que vio en ella
un evidente signo divino) Teseo: -¡Debemos
detenernos lo antes posible! ¿No ves tierra a lo lejos?
Vigía: -¡Sí!
Una isla a la vista…Debe ser Naxos.
(Desembarcan y esperan que el tiempo se calme)
(A
la madrugada Teseo reúne a sus hombres y les ordena partir lo antes posible. Los hombres se marchan)
Guardián: -¡Una nave a la vista! Sí, es la galera que vuelve de Creta. ¡Rápido, vamos a advertirle al Rey!
Egeo: (loco
de esperanza y de inquietud, acude a los muelles) -¿Las velas? ¿Puedes ver
las velas y decirme su color?
Guardián: -Ay, gran Rey, son negras.
(Egeo, loco
de dolor, se arroja al mar y se ahoga)
Teseo: (Va
hacia el cuerpo sin vida de su padre) -¡Padre mío! ¡No… estoy vivo! ¡Vuelve en
ti, por piedad!
Atenienses: (se inclinan hacia Teseo) -¡A partir de ahora, Teseo, eres el rey!
Teseo: (Triste) -¡Que este mar, a partir de
ahora, lleve el nombre de mi padre adorado!
(Mientras
tanto Ariadna espera en la isla a que se cumpla su destino, sin saber cuál será)
gracias nos sirvio de mucho un copy paste perfecto a nuestra terea de español gracias a ustedes sacamos 10 (fue improvisado)
ResponderEliminarse los agradezco por facilitarnlo todo