El escritor estadounidense Ray Bradbury falleció hoy en Los Ángeles a
los 91 años de edad. Así lo informó Danny Karapetian, su nieto, en un
comunicado publicado esta mañana en la página oficial del autor.
“Si tengo que realizar una declaración, sería la de cuánto le quiero,
cuánto le echo de menos y cuánto deseo oír los recuerdos que los demás
tienen de él”, escribió Karapetian.
Autor del libro de relatos Crónicas Marcianas y la novela Farenheit 451,
entre otros varios trabajos de narración, Bradbury era considerado el
padre de la ciencia ficción contemporánea por determinar, así como
hicieran en siglos anteriores Julio Verne o H.G. Wells, el imaginario
que sobre el futuro se forjó el siglo XX, es decir, un adelantado a la
época y visionario del futuro.
Entre otros aportes a la cultura popular hechos por Bradbury, destaca el
cuento “El ruido de un trueno”, que fue llevado al cine en el 2005 bajo
el título de “El efecto mariposa”.
Bradbury transformó sus sueños de infancia y temores de la Guerra Fría
en marcianos telepáticos, monstruos marinos enfermos de amor, y su
visión de un futuro en el cual los bomberos queman libros, en
"Fahrenheit 451".
También escribió los guiones de la película "Moby Dick" de 1956 y de
varios capítulos de la serie de televisión "La dimensión desconocida".
"Crónicas marcianas", uno de sus libros de cuentos más célebres, es una
alegoría sobre la Guerra Fría en el que los acontecimientos en otro
planeta sirven como un comentario sobre la vida en la Tierra.
Entre sus influencias literarias se cuentan las obras de George Orwell
(autor de "1984" y "Rebelión en la granja", entre otras) y la literatura
política, así como la tradición de la novela épica norteamericana.
miércoles, 6 de junio de 2012
martes, 5 de junio de 2012
lunes, 4 de junio de 2012
Género peridístico: ayer y hoy
Género Ayer
En torno de 1810, surgen los
periódicos, publicaciones de aparición medianamente regular en
su frecuencia de edición (que solía ser semanal), como únicos medios de
expresión pública, más bien órganos de difusión de ideas políticas.
Su aparición esporádica se debía, en parte, a que
dependían de una única imprenta: la de Los Niños Expósitos, en ocasiones
excedida en su capacidad de producción. En aquella época, se trabajaba con
“letras de molde”, es decir que cada una de ellas era de plomo tallado o
fundido, montado sobre una base de madera individual, con las que el oficial
imprentero debía armar cada palabra letra a letra. A esto se deben los muchos
errores ortográficos y gramaticales que plagan los periódicos de entonces.
Con el correr del tiempo, se
sumaron otras imprentas, que incorporaron avances tecnológicos como la
xilografía (un grabado a partir de una matriz de madera, tallada en relieve o
el grabado de una plancha de cobre o el hueco grabado de una matriz de metal) y
la litografía (bajorrelieve efectuado sobre una piedra), que permitieron anexar
imágenes a los textos escritos.
La mecanización definitiva de la imprenta no se
consiguió hasta el siglo XIX, cuando se sustituyeron la tabla de presión y el
molde de impresión por superficies cilíndricas, dando lugar a las primeras
rotativas.
Desde las décadas de 1860 y 1870
en adelante, se incorporaron algunas fotografías en publicaciones como “La Ilustración Argentina”,
“El Mosquito”, “La América
del Sud”, y la destacada “Caras y Caretas”.
Al analizar tres periódicos del
siglo XIX, como lo fueron “La
Gazeta de Buenos Ayres”, “La Moda” y “El Zonda”, se encontraron las
siguientes semejanzas:
En la portada de estas
publicaciones se destaca el cabezal o cabecera, que señala su identidad, su
imagen corporativa, por aquel entonces, sin logo alguno. En ella, están
incluidos datos como la fecha de publicación, el número de edición y el precio.
El nombre del periódico es el elemento inicial que sirve para atraer el interés
del lector hacia el que va dirigido.
En las imágenes precedentes, se observa que era
frecuente en los periódicos de entonces, la presencia de un lema, síntesis de
su mirada filosófica o la ideología a la que adhería.
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